EDUCACIÓN EN CUARENTENA

La pandemia, la escuela, las clases, las tareas, los contenidos, la organización familiar, los docentes, el trabajo, la economía, la tecnología… ¿Y nosotros? ¿Se habla de los jóvenes en tiempos de cuarentena?, ¿Se habla de nuestros derechos, de nuestras necesidades? ¿Se escuchan nuestras voces?, ¿Estamos en escena?

Son tiempos para repensar y volver a comenzar, con debate pero sin violencia, con palabras y respeto, llegó la hora de ponernos a nosotros los jóvenes en el centro de la escena. Porque mucho se habla de tareas sí tareas no, educación virtual sí educación virtual no, pero poco se habla de lo qué necesitamos los jóvenes como sujetos de derecho, como seres integrales, como ciudadanos, en este tiempo de pandemia.

Al fin y al cabo, tal vez solo se trate de sincerarse, de reconocer al otro, de entender, de no pedirle a la escuela más de lo que la familia puede dar, no pedirle a las familias más de lo que la escuela puede, y sobre todo no pedirnos a los jóvenes cosas que los adultos no pueden en esta cuarentena.

Creo que llegó la hora de mirar al otro de la misma manera que quiero que me miren a mí para, por fin, unir el camino de la educación escolar y la educación familiar. No pueden reemplazarse una a la otra, pero tampoco son antagónicas; necesitan caminar juntas de la mano, en pos de una educación respetuosa, consiente, saludable, integral y amorosa que acompañe la vida de los jóvenes, y respeten nuestros derechos.

Mucho por hacer, mucho por pensar, mucho por enseñar y sobre todo mucho por aprender en esta cuarentena.

“La educación no es una preparación para la vida; la educación es la vida misma” John Dewey